Tortícolis congénita: Tratamiento rehabilitador en niños

Tortícolis congénita: Tratamiento rehabilitador en niños

Para el tratamiento rehabilitador es importante una correcta adecuación, orientación y apoyo psicológico. Se debe trabajar con la familia con el objetivo de que conozcan mejor el padecimiento del niño y el manejo del mismo, la importancia del tratamiento, los beneficios y las consecuencias negativas que traería la interrupción o la no realización del mismo.

Tratamiento postural

El Médico Fisiatra y el resto del personal encargado le explicaran a los familiares una serie de aspectos con respecto a las posturas del niño, ya que la familia debe contribuir activamente con el tratamiento para lograr mejores resultados, porque son ellos los que pasan mayor tiempo con el niño.

 En este aspecto se debe evitar:

Se debe evitar el decúbito prono (posición boca abajo) para dormir por el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y además porque favorece las deformidades faciales principalmente.

Cuando este despierto se acostará en posición supina (boca arriba) preferiblemente y se le colocará debajo de la cabeza del lado de la contractura una almohada o cojín para q eleve la cabeza. En esta posición realizar todos los estímulos (juguetes, colores, sonidos) del mismo lado de la lesión.

Cambiar regularmente la posición del niño evitando posturas (posiciones) incorrectas y viciosas que empeoren la tortícolis.
En la cuna el niño debe recibir los estímulos, (ya sea la luz de la ventana o los sonidos a través de la puerta) siempre en el sentido de la corrección de la deformidad (por el lado del músculo ECM afectado).

Animar al niño a que mueva el cuello activamente a través del juego, hablarle y mostrarle los juguetes del lado de la lesión en sentido correctivo con el objetivo de incrementar la rotación del cuello.
Aplicar estímulos cutáneos alrededor de la boca del lado de la lesión para que busque hacia el sitio del estímulo y gire el cuello en esa dirección.

A la hora de llevarlo en brazos colocar al niño con la cabeza girada en el sentido contrario a la deformidad e intentar mantenerlo con nuestro mentón.

Para alimentarlo se le debe ofrecer el biberón o el pecho de una forma que le haga girar la cabeza hacia el lado opuesto hacia el que suele hacerlo. Cuando se le de mamar del lado homolateral (del mismo lado), la madre deberá adelantar el pezón para que éste lo busque en corrección.

Puede acostar boca abajo al bebé en su regazo de forma que la cabeza y la mirada se dirija hacia un lugar distinto al que se encuentra usted; posteriormente háblele, cántele o llame su atención estimulándolo a girar la cabeza hacia usted. 

Técnicas de Rehabilitación 

Las técnicas que se explicarán a continuación siempre deben hacerse inicialmente por un profesional; que posteriormente debe asesorar y guiar a la familia para indicarle cuales de ellas puede hacer en casa. Pues sin conocimiento adecuado puede provocarle más daños que beneficios al niño. Describiremos las de menor complejidad para que sirvan como guía general.


Ejercicios de estiramiento: Se realizan previo masaje y otras técnicas que permitan la relajación y la inhibición de los husos neuromusculares con el objetivo de facilitar la elongación el músculo ECM acortado para corregir la deformidad y asimetrías así como las limitaciones de los movimientos de la cabeza y del cuello.

Consta de unos ejercicios de estiramiento pasivo que tienen que ser realizados por dos personas, de forma que una realiza las movilizaciones de cuello y la otra estabiliza los hombros para evitar compensaciones (adaptación a un patrón músculo-esquelético desalineado). Se coloca al niño en decúbito supino (boca arriba) con la cabeza fuera de la camilla y la maniobra consiste en lateralizar el cuello hacia el lado contralateral (contrario), rotarlo hacia el lado homolateral (del mismo lado) añadiendo una ligera flexión de cuello y un amasamiento en sentido longitudinal de las fibras del ECM para conseguir una elongación (alargamiento) del músculo.

Con el niño en decúbito prono (boca abajo) y con la cabeza girada hacia el lado afectado se hace una elongación (alargamiento) del músculo trapecio homolateral (del mismo lado) desde su origen (inicio) hasta su inserción (terminación). Además se pellizca en el cuerpo muscular del trapecio del lado contrario, acompañándolos con estímulos sonoros y táctiles a ambos lados para desarrollar su simetría.

Decúbito prono (boca abajo) apoyado en los codos hacemos cambios suaves de dirección de la cabeza.

Decúbito supino (boca arriba) realizar flexiones y giros pasivos tomando como punto clave la cabeza o los hombros.


Ejercicios de estimulación activa: Aquí debemos conseguir el movimiento activo del niño en sentido de corrección. Además permite mejorar coordinación, equilibrio y respuestas reflejas del niño principalmente.


Volteos: Sensación de volteo (darle la impresión de que se va a voltear) hacia el lado no afecto insistiendo en la rotación que provoca la elongación (alargamiento) del músculo ECM.


Maniobra de Pull to Sit: Llevar de la posición acostado tirando de los miembros superiores hasta llevar a posición sentada: paso de acostado a sentado desde decúbito supino (boca arriba). Reacción óptica (visuales) estimulaciones visuales.


Reacciones de enderezamiento (en respuesta a la fuerza de gravedad): Se harán de acuerdo a su desarrollo madurativo y en el sentido normalizador de la contractura.
Reflejo (reacción instintiva, involuntaria en respuesta a un estímulo) de incurvación lateral del tronco o Reflejo de Galant: colocamos al niño en sedestación (sentado) y estimulamos entre la 9ª y la 12ª costilla de la región paravertebral (a los lados de la columna vertebral) no afectada. La respuesta será lateralizar el tronco, cuello y cabeza hacia el lado que estimulamos.


Ejercicios en posición sentado: Movimientos pasivos del tronco hacia adelante sosteniendo los brazos por detrás (Origina extensión de los hombros, columna vertebral y elevación de la cabeza).

Siempre ante la aparición de algún signo que les haga pensar que el niño pueda presentar una tortícolis congénita, deben buscar ayuda profesional. Así evitarás, con el inicio precoz del tratamiento, complicaciones futuras y le brindarás la posibilidad de tener una vida plena y sin limitaciones.


Conclusiones 

Estos ejercicios para la tortícolis muscular congénita deben acompañarse siempre de un tratamiento fisioterapéutico adecuado. Adaptado siempre a la edad del bebé y a la severidad de la patología.