Trastorno del Espectro Autista: Diagnóstico y tratamiento

¿Cómo podemos llegar al diagnóstico?
Debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
Antecedentes familiares: Historia personal de embarazo y parto, presencia de signos y otros cuadros neurológicos como ataques epilépticos, retraso mental, parálisis cerebral u otras enfermedades, así como evidencias de otras enfermedades médicas o datos significativos al examen físico.
Caracterización del cuadro clínico actual: Forma de comienzo, si hubo una desviación temprana del desarrollo o un período de regresión, características de trastornos mentales, presencia de estereotipias y severidad de la sintomatología, así como la evolución.
El diagnóstico es clínico, ya que no hay prueba específica para determinarlo aunque podemos apoyarnos en algunos exámenes complementarios.
Las pruebas de detección selectiva son el Social Communication Question aire, el M-CHAT y otros. También podemos basarnos en los criterios del Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-4-5) o la CIE-10. Los Test psicométricos son difíciles de aplicar en niños con autismo, pero rinden mejor en tareas de habilidades que en las verbales.
Debe indicarse un Electroencefalograma (EEG) y si es necesario una Tomografía Axial Computarizada (TAC). Heces fecales en medio de Sabouraud Glucosado Agar, el cual es utilizado para el aislamiento, identificación y conservación de hongos patógenos, saprófitos y útil para el cultivo de levaduras. (Descartar Candidiasis).
Debemos señalar que el diagnóstico positivo requiere de más de una primera evaluación, a veces en diferentes contextos y debe ser confirmado por expertos de un equipo multidisciplinario.
¿Mi hijo tendrá una inteligencia normal?
No podemos dar una respuesta absoluta, porque los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA) son distintos en cuanto a sus habilidades, inteligencia y conductas. Como en el resto de las personas unos tienen más capacidad que otros.
Aproximadamente 1 de cada 4 tienen inteligencia normal y 1 de cada 10 personas con TEA tiene habilidades extraordinarias en temas como el arte, la música, el cálculo aritmético o la memoria y se desarrollan en edades tempranas.
Aquellos que tienen mayor desarrollo del lenguaje presentan mejor evolución. Sin embargo, suelen interesarles un número limitado de temas y tienen dificultad con los conceptos abstractos. Generalmente todos muestran dificultades en la escuela, por eso su enseñanza debe ser individualizada que responda a las necesidades reales de cada niño con TEA.
¿Existe alguna guía de las habilidades de lo que debe ir ganando mi hijo para saber si algo anda mal?
Sí. Existen hitos del desarrollo que se van alcanzando en todos los niños según la edad vaya avanzando.
A los 2 meses: Intenta mirar a sus padres y presta atención a los rostros.
A los 4 meses: Copia los movimientos faciales, como sonreír o fruncir el ceño, y responde al afecto. Le gusta jugar con personas y puede ser que llore si se deja de jugar. Usa las manos y los ojos al mismo tiempo. Observa las caras con atención. Trata de alcanzar objetos con una mano.
A los 6 meses: Les gusta mirarse en el espejo y se lleva los objetos a la boca. Reconoce las caras familiares. Le gusta jugar con otras personas en especial con sus padres. Reacciona cuando se menciona su nombre. Emite sonidos para demostrar alegría o descontento.
A los 9 meses: Tiene sus juguetes favoritos y toma objetos pequeños entre el pulgar y el índice. Puede que tenga miedo a desconocidos. Entiende el no. Hace diferentes sonidos como mamamama y tatatatata. Señala objetos. Juega a encontrar cosas.
Alrededor de los 12 meses: Extiende el brazo o la pierna para ayudar a que lo vistan y sigue instrucciones sencillas. Trata de imitar las palabras que escucha.
A los 18 meses: Explora solo si uno de los padres está cerca y conoce y señala algunas partes del cuerpo. Demuestra afecto hacia las personas conocidas.
A los 2 años: Empieza a relacionarse con los colores y los objetos según sus formas y le entusiasma la presencia de otros niños. Demuestra ser cada vez más independiente.
A los 3 años: Es capaz de armar rompecabezas de tres o cuatro piezas. Es capaz de vestirse solo. Expresa una gran variedad de emociones. Sube y baja escaleras.
A los 4 años: Disfruta haciendo cosas nuevas. Se muestra cada vez más creativo. Le gusta más jugar con otros niños que jugar solo. Habla acerca de lo que le gusta e interesa. Relata cuentos. Puede decir su nombre y apellido.
A los 5 años: Quiere ser como sus amigos y es capaz de dibujar una persona con seis partes del cuerpo. Reconoce a que sexo pertenecen las personas. Quiere complacer a amigos. Le gusta cantar, bailar, actuar. Puede distinguir la fantasía de la realidad. Habla con mucha claridad.
Esta es una pequeña guía para saber algunas de las habilidades que debe ir ganando su hijo y pueda identificar si existe un problema para buscar ayuda y orientación oportuna.
¿Después de establecido el diagnóstico existe algún tratamiento que pueda ayudar a una persona con TEA?
Existe una gran variedad de tratamientos e intervenciones que ayudarán mucho al paciente con TEA y a su familia; donde su objetivo principal es incrementar la capacidad de tu hijo para su desempeño y lograr reducir los síntomas incapacitantes. La intervención temprana durante los años preescolares puede ayudar mucho a la adquisición de habilidades fundamentales de conducta, comunicación e interacción social.
Debe hacerse un enfoque multimodal (es un tipo de tratamiento que canaliza la parte cognitivo-conductual). La Psicoterapia Conductual centrada en el análisis conductual, han resultado ser muy efectivas para padres y maestros
La educación con programas individualizados de acuerdo a sus capacidades y nivel de funcionamiento demuestran que se puede lograr mayor aprendizaje si se utilizan sus potencialidades o áreas fuertes como la perseverancia, el placer en las rutinas y la buena memoria.
Los especialistas de Logopedia y Foniatría hacen la Terapia del Lenguaje y del habla, que debe comenzar lo antes posible y utilizar las imágenes, la señalización y la comunicación verbal y no verbal. Debe prestarse atención también a la rehabilitación motora, tanto de la fina como de la gruesa.
Los psicofármacos se usan para adecuar la conducta y que se puedan obtener mejores resultados en su actividad educativa. Se han empleado en los inicios el Haloperidol, Tioridacina, Pimozide, etc. Los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina, como la Risperidona y la Fluoxetina pueden mejorar el comportamiento ritualista.
La Carbazepina y el Valproato como estabilizadores del ánimo y por su efecto antiepiléptico pueden ser efectivos en el control de la conducta agresiva aunque el Electroencefalograma (EEG) sea normal.
La Vitaminoterapia, Vitamina B6 con magnesio y el ácido fólico reportan mejoría al paciente.
Otras técnicas empleadas son: Musicoterapia, Pictoterapia, Zooterapia con Delfines o Caballos, entre otras.
Los padres resultan excelentes coterapeutas en los tratamientos que se emplean y deben ser adiestrados en estas tareas. Es importante realizar Grupos de Padres 1 o 2 veces por mes, para brindar apoyo y entrenar en las habilidades a lograr en el hogar.
No creas en soluciones milagrosas o tratamientos mágicos porque no existen, si alguien le promete algo así, aléjese, porque posiblemente este escuchando a un farsante.
Hay mucho por descubrir y muchas investigaciones en curso muy prometedoras, no se desanime. Le sugerimos siempre llevar y confiar su familiar a un personal especializado y capacitado legalmente. Todos los niños y niñas con TEA tienen la capacidad de aprender, por lo que es muy importante que se les diagnostique adecuadamente y sean tratados lo antes posible.
Lo mejor para todos es que los acepten y no los comparen con otros niños. Hay que sacar siempre el lado positivo de cada situación o mal rato que suceda, porque ellos no son ni peores ni mejores que otros niños, simplemente son ellos y tienen sus cosas buenas y malas como toda persona. Tómalo de la mano y nunca lo dejes solo,
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