Un suicidio cada 40 segundos: problema que debe hacerse visible

En casi todos los países de Europa Occidental el suicidio se consideraba un delito grave desde la Edad Media hasta, por lo menos, la Revolución Francesa. En Inglaterra, uno de los últimos países europeos en despenalizarlo, fue un crimen hasta 1961. En algunas pocas naciones todavía se considera un acto sancionable. Debido a esto los datos históricos sobre este tema no están fácilmente disponibles. El estigma que rodea a esta problemática hace difícil su medición, aún en nuestros días.
Se considera que el suicidio es la expresión más extrema de la violencia, por ser aplicada por el sujeto contra sí mismo. Tiene varias manifestaciones, el suicidio consumado y el intento de suicidio son las de mayor repercusión e implican un daño directo a la integridad del individuo, la familia y la sociedad, por lo que merecen la urgente acción preventiva, efectiva atención, seguimiento integral e investigación.
Esta conducta incluye la ideación suicida (que son los deseos, pensamientos y planes para cometer un acto suicida); el intento suicida (acto voluntario realizado por la persona con la intención de producirse la muerte, pero sin llegar a conseguirlo), el suicidio consumado (acto de matarse de un modo consciente, considerando la muerte como un fin), y el parasuicidio (conducta autolesiva no mortal en la que no es esencial su intencionalidad u orientación hacia la muerte).
Una primera clasificación de la conducta suicida es aquella que diferencia al suicidio del intento suicida, en este caso se entiende por suicidio, según Durkheim, “todo caso de muerte que resulte directa o indirectamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir este resultado”.
Un continuum en orden creciente de gravedad
La conducta suicida supone un continuum en orden creciente de gravedad que se inicia con la ideación suicida y transita por la amenaza, el intento y por último el suicidio consumado y constituye siempre una urgencia psiquiátrica.
- Idea suicida: Hace referencias a cogniciones que expresan algún tipo de valoración acerca de la conducta autolítica por parte del sujeto y puede tener un mayor o menor grado de estructuración.
- Amenaza suicida: Hace referencia a la verbalización de la idea suicida, es decir, de la intención de cometer suicidio y puede tener también mayor o menor grado de estructuración.
- Acto suicida: Hecho por el cual un sujeto se causa una lesión independientemente de su intención y del conocimiento de los motivos.
- Suicidio: Cuando producto de esta lesión se produce la muerte.
- Intento suicida: Acto suicida cuyo resultado no es la muerte. Entonces, el intento suicida sería el hecho por el cual un sujeto se causa una lesión independientemente de su intención y del conocimiento de los motivos.
En las últimas décadas el suicidio ha mostrado un aumento a nivel mundial, constituye claramente un grave problema de salud pública, se estima que cada año se quitan la vida cerca de 800 mil personas a nivel mundial y se prevé que esta cifra aumente hasta alcanzar el millón y medio de muertes por suicidio.
Dicho en cifras más impactantes, y que suele llegar mejor a la población, se estima que cada 40 segundos se suicida una persona en alguna parte del mundo y son muchos más los que intentan suicidarse. De hecho, el suicidio se constituye como la segunda causa de muerte en personas de entre 15 y 29 años.
Las estadísticas de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que la prevalencia y las características del comportamiento suicida varían ampliamente entre las diferentes comunidades, los grupos demográficos y con el tiempo. Una importante diferencia se produce en el género: las tasas de suicidio son mucho más altas en hombres que en mujeres, particularmente en los países de altos ingresos.
El suicidio es un tema extremadamente complejo, y aunque no es posible determinar sus causas, existen algunos factores de riesgo que han sido identificados a través de correlaciones. La enfermedad mental, específicamente la depresión, es ampliamente reconocida como el factor de riesgo más importante.
Cada suicidio es una tragedia que afecta a familias, comunidades y países enteros y tiene efectos duraderos entre los afectados. No solo ocurre en países de altos ingresos, sino que es un fenómeno global en todas las regiones del planeta.
Muchos suicidios se producen de forma impulsiva, en momentos de crisis, por dificultad en la capacidad de lidiar con el estrés de la vida, problemas de diversa naturaleza, ruptura de relaciones o dolor y enfermedad crónica. Las tasas de suicidio también son altas entre los grupos vulnerables que sufren discriminación, como los refugiados y los migrantes; población indígena; personas de la comunidad LGBTI, y prisioneros.
Problema de salud pública que ofrece posibilidades de prevención
La conducta suicida se ha calificado como un serio problema de salud pública pero que ofrece posibilidades de prevención. Y es que existen actuaciones o comportamientos que se pueden observar en las personas que desean terminar con su existencia, tal es el caso de las amenazas de matarse, que a veces no se toman en serio, o frases como "nadie me extrañará cuando me haya ido".
A ello se le añade la búsqueda en internet de “cómo quitarse la vida” y “cómo tener acceso a armas de fuego”. También llama la atención la despedida de familiares y amigos, el regalar posesiones valiosas o el escribir un testamento, sobre todo cuando no se supone que existan razones para ello.
Estas señales no deben pasarse por alto. Ante estos comportamientos no se debe dejar sola a la persona. Se promoverá la búsqueda de ayuda profesional en los servicios de emergencia, una línea de crisis o un profesional de la salud. También se puede recurrir a familiares y amigos cercanos (de confianza), maestros, líderes comunitarios, sacerdotes y pastores de iglesias, entre otras figuras significativas.
Asimismo, se debe encontrar "un momento adecuado y un lugar tranquilo" para hablar sobre el suicidio con la persona que ha expresado intenciones de llevarlo a cabo o ha dado muestras indirectas de ello, haciéndole saber que tiene a alguien que le puede escuchar.
Identificación y seguimiento
Otro método de prevención es la identificación temprana, tratamiento y cuidado de personas con trastornos mentales y por uso de sustancias, dolor crónico y angustia emocional aguda. Es importante la capacitación de trabajadores de salud no especializados en la evaluación y el manejo del comportamiento suicida. Además, hay que añadir cuidados de seguimiento para personas que intentaron suicidarse y proporcionar apoyo comunitario. Por último, hay que asegurarse de que no tenga acceso a medios de autolesión en el hogar.
Los esfuerzos para la prevención de la conducta suicida requieren coordinación y colaboración entre múltiples sectores de la sociedad, incluyendo el sector salud y otros como educación, trabajo, justicia, derecho, defensa, política, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación.
Estos esfuerzos deben ser "exhaustivos e integrados, ya que ningún enfoque en particular por sí solo puede tener un impacto en un problema tan complejo".
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