¿Qué peligros tiene para el embarazo la incompatibilidad Rh?

El factor Rh es una proteína presente en las células y de acuerdo con su tipo de sangre, cada persona tiene proteínas específicas de ese tipo de sangre en la superficie de los glóbulos rojos. Existen cuatro grupos sanguíneos: A, B, AB y O.
A su vez, cada uno de los cuatro grupos sanguíneos se clasifica según la presencia o no en la superficie de los glóbulos rojos de otra proteína que determina el factor Rh. Si la persona es portadora de esta proteína, es Rh positivo; si no es portadora, es Rh negativo.
¿Se hereda el Rh positivo o negativo?
Si, es heredable por genes no relacionados con el sexo.
Madre Rh negativo y padre Rh positivo
De entre todas las combinaciones posibles, el riesgo existe cuando se combinan el grupo sanguíneo de la mujer Rh- y el del hombre Rh+, aunque no habría riesgo si el bebé hereda el Rh- de la madre.
Pero cuando una mujer Rh negativo y un hombre Rh positivo conciben un hijo, existe la posibilidad de que el bebé tenga problemas de salud. Es posible que el bebé que está formándose dentro de la madre que es Rh negativo tenga sangre Rh positivo que heredó del padre, de esta manera surge la incompatibilidad Rh.
La llamada incompatibilidad Rh es una de las condiciones esenciales para que se desarrolle la Enfermedad Hemolítica Perinatal, afección inmunológica en la que el sistema inmune de la mujer reconoce como "extraño", en la superficie de los glóbulos rojos de su hijo (feto o recién nacido), a un antígeno de origen paterno que no está presente en ella, por lo que es capaz de producirle una respuesta de defensa. Esto ocurre cuando la madre tiene sangre Rh negativo y el feto Rh positivo heredado del padre.
Aproximadamente la mitad de los niños con una madre Rh negativo y un padre Rh positivo son Rh positivos.
Hay que señalar que los posibles efectos adversos no se darían normalmente en el primer embarazo, sino en los siguientes.
No existe riesgo de incompatibilidad de Rh en el primer embarazo
La madre normalmente no está sensibilizada en el primer embarazo, sino en el segundo o siguientes; a estos efectos se considera primer embarazo cualquiera anterior aunque no haya llegado a término.
Esto significa que, por lo general, la incompatibilidad Rh no es un problema cuando se trata de un primer embarazo ya que, a menos que haya algún tipo de anormalidad, la sangre del feto no entra en el sistema circulatorio de la madre durante el embarazo.
¿Cuáles son las vías principales para que se pongan en contacto los glóbulos rojos del feto con el sistema inmune de la madre?
A través de las denominadas hemorragias fetomaternas que ocurren habitualmente durante el embarazo o el parto, donde los glóbulos rojos del feto pueden pasar a la madre y sensibilizarla.
Durante los siguientes embarazos, los glóbulos rojos del feto pueden pasar al torrente sanguíneo de la madre a medida que ella lo alimenta a través de la placenta.
Los anticuerpos Rh no son inofensivos en los siguientes embarazos, ya que si la madre concibe un bebé Rh+ el organismo de la mujer ahora sí va a reconocer las proteínas Rh como cuerpos extraños. Entonces sus anticuerpos pasarán al torrente sanguíneo del bebé para atacar a esas células.
Ante lo mencionado anteriormente debemos tener en cuenta que uno de los primeros y más importantes análisis que debe hacerse la mujer embarazada es el de sangre. Este análisis básico determina qué tipo de sangre tiene y cuál es su factor Rh. Y es que el factor Rh desempeñará un papel importante en la salud del bebé.
¿Hay algún síntoma o signo que nos alerte?
En este caso particular no hay signos ni síntomas claros que alerten a la familia de una situación como esta durante el embarazo.
¿El diagnóstico es clínico o se requieren exámenes de laboratorio?
Aunque el método clínico contribuye a la identificación desde la etapa prenatal de algunas condiciones de riesgo, los exámenes de laboratorio son esenciales para el diagnóstico precoz y seguimiento. Permiten en la etapa prenatal encontrar evidencias de incompatibilidad sanguínea entre los padres, la presencia de anticuerpos maternos frente a los antígenos de los glóbulos rojos del niño, y la evaluación de la gravedad antes y después del nacimiento.
¿Qué es el Test de Coombs?
Por eso es tan importante detectar desde el principio del embarazo si la madre ha comenzado a generar anticuerpos. Para ello se realiza una prueba llamada Test de Coombs indirecto, también conocida como prueba indirecta de antiglobulinas.
Es una prueba no invasiva que se realiza a través de una muestra de sangre de la madre en el primer trimestre, en la 8va o 9na semana, y se repite en el segundo trimestre, en la semana 26 de embarazo.
¿Qué consecuencias puede acarrear a la madre y al niño?
Para la madre son las relacionadas con mayores títulos de anticuerpos. En cuanto a la salud de su hijo, puede padecer desde anemia e ictericia ligeras hasta el temido kernícterus, una complicación en el sistema nervioso del bebé que condiciona retraso mental.
Tratamiento
Como medida de precaución, a las mujeres que tienen sangre Rh negativa se les administra una inyección de anticuerpos Rh en cada uno de los momentos siguientes:
- A las 28 semanas de embarazo.
- Dentro de las 72 horas posteriores al parto de un bebé que tiene sangre Rh positiva, incluso después de un aborto espontáneo o un aborto voluntario.
- Después de cualquier tipo de sangrado vaginal durante el embarazo.
- Después de una amniocentesis o de una biopsia de vellosidades coriónicas.
Los anticuerpos administrados se denominan inmunoglobulina Rho(D). Este tratamiento funciona haciendo que el sistema inmunitario de la mujer sea menos capaz de reconocer el factor Rh en los glóbulos rojos (eritrocitos) de la sangre del bebé, que pueden haber entrado en el torrente sanguíneo de la mujer. Por lo tanto, el sistema inmunitario de la mujer no crea anticuerpos contra el factor Rh. Tal tratamiento reduce el riesgo de que los glóbulos rojos del feto sean destruidos en embarazos posteriores.
Para la anemia fetal, transfusiones de sangre.
Si se diagnostica anemia en el feto, se le practica una transfusión de sangre antes del nacimiento por parte de un especialista en un centro especializado en embarazos de alto riesgo. Muy a menudo, la transfusión se administra a través de una aguja insertada en una vena del cordón umbilical. Por lo general, se realizan más transfusiones hasta las 32 a 35 semanas de embarazo. El ritmo exacto de las transfusiones depende de la gravedad de la anemia y la edad del feto. El momento del parto se basa en la situación de cada mujer.
Antes de la primera transfusión, las mujeres a menudo reciben corticoesteroides si el embarazo ha durado 23 o 24 semanas o más. Los corticoesteroides ayudan a que los pulmones del feto maduren y contribuyen a prevenir las complicaciones frecuentes que pueden afectar a un recién nacido prematuro.
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